Pregunta: El ayuno de Ramadán es uno de los pilares fundamentales del islam y uno de sus mayores símbolos. ¿Por qué Dios ordena a los musulmanes ayunar?
El vuelo en picado del halcón contribuye a que el gorrión agudice su vigilancia y desarrolle sus habilidades para escapar. Aunque la lluvia, la electricidad o el fuego a veces pueden causar daño a las personas, nadie los maldice. El ayuno puede parecer difícil, pero proporciona al cuerpo energía, vitalidad y resistencia. El sistema inmunológico de un niño suele fortalecerse a través de la enfermedad. La gimnasia no es sencilla, pero es casi indispensable para la salud y fortaleza del cuerpo. Del mismo modo, el espíritu de una persona se refina mediante la adoración y la meditación, pero también a través de la enfermedad, el sufrimiento y la dificultad. Estos sacrificios permiten alcanzar el Paraíso, pues Dios concede una gran recompensa por un pequeño esfuerzo. Las adversidades y los sufrimientos elevan a las personas a grados espirituales superiores y serán recompensados en abundancia en la otra vida. Por esta razón, todos los Mensajeros experimentaron las pruebas más duras y dolorosas.
Las dificultades, el sufrimiento y las calamidades purifican a los creyentes de sus pecados, los alejan del pecado y de las seducciones de Satanás y del ego, les ayudan a valorar las bendiciones de Dios y les abren el camino hacia la gratitud. Además, impulsan a los ricos y a los sanos a preocuparse por los enfermos y los pobres y a tenderles una mano. Aquellos que nunca han sufrido no pueden comprender la situación de quienes pasan hambre, padecen enfermedades o han sido golpeados por una calamidad. Asimismo, estas pruebas pueden ayudar a estrechar las relaciones entre los distintos sectores de la sociedad.
¿Qué prácticas espirituales y actitudes debemos esforzarnos especialmente por adquirir durante el Ramadán?
Muhasaba (Autocrítica): La autocrítica puede describirse como el esfuerzo por explorar la profundidad interior y espiritual de uno mismo, y dedicar el esfuerzo intelectual y espiritual necesario para adquirir los valores humanos genuinos y fortalecer los sentimientos que los nutren. Es el proceso mediante el cual una persona distingue entre el bien y el mal, lo beneficioso y lo perjudicial, y mantiene un corazón recto. Además, permite al creyente evaluar su presente y prepararse para el futuro. También le ayuda a corregir sus errores pasados y a obtener el perdón de Dios, pues proporciona una renovación constante en su mundo interior.
Este estado de conciencia favorece una relación estable con Dios, ya que esta relación depende de la capacidad del creyente para llevar una vida espiritual y permanecer atento a lo que ocurre en su interior. El éxito en este proceso permite preservar la naturaleza celestial de la persona como un ser humano auténtico, así como la continua regeneración de sus sentidos y sentimientos internos.
Tafakkur (Reflexión): La reflexión es un paso fundamental para tomar conciencia de lo que ocurre a nuestro alrededor y extraer conclusiones de ello. Es la llave de oro que abre la puerta de la experiencia, el suelo donde se plantan los árboles de la verdad y el despertar de la pupila del ojo del corazón. Por esta razón, el más grande representante de la humanidad, el mejor en reflexión y en todas las virtudes, sobre él sean la paz y las bendiciones, dijo: “No hay acto de adoración más meritorio que la reflexión. Reflexionad sobre las bendiciones de Dios y sobre las manifestaciones de Su Poder, pero no intentéis reflexionar sobre Su Esencia, porque nunca podréis comprenderla”. Con estas palabras, además de señalar el mérito de la reflexión, el Profeta, sobre él sean la paz y las bendiciones, establece los límites del pensamiento humano y nos recuerda nuestras limitaciones.
Shukr (Agradecimiento): El verdadero agradecimiento en el corazón se manifiesta a través de la convicción y el reconocimiento de que todas las bendiciones provienen de Dios, lo que lleva a una vida alineada con este conocimiento. Solo se puede agradecer a Dios de manera genuina, tanto con palabras como con acciones, cuando se está convencido de ello y cuando se reconoce de forma voluntaria que la propia existencia, la vida, el cuerpo, la apariencia física y todas las habilidades y logros son dones de Dios, al igual que todas las bendiciones recibidas y disfrutadas. Esto se expresa en el Corán en los siguientes versículos: “¿No contempláis que Dios ha hecho servir a vosotros todo lo que se halla en los Cielos y todo lo que se halla sobre la Tierra, y ha colmado a vosotros de Sus favores, externos e internos?” (31:20), “Os ha concedido de todo lo que habéis pedido. Si pudieseis contar las bendiciones de Dios, no podríais enumerarlas”. (14:34)
Por supuesto, uno debe esforzarse en incrementar todas las virtudes durante el Ramadán, pues es la mejor época del año para hacerlo.